Según la Sociedad Bíblica, más de 2.000 iraníes están aceptando a Jesús diariamente.
Este sorprendente movimiento espiritual ocurre en un contexto donde abandonar el islam puede ser castigado incluso con la muerte.
Historias como la de una creyente de 92 años, que discretamente invita a desconocidos a leer los Evangelios en el transporte público, ilustran el valor y la creatividad de quienes comparten su fe en secreto.
Este avivamiento cristiano en Irán tiene un impacto profundo, no solo en la vida de los nuevos creyentes, sino también en las relaciones regionales. Tradicionalmente, el gobierno iraní ha enseñado hostilidad hacia Israel y el pueblo judío.
Sin embargo, quienes abrazan la fe cristiana comienzan a ver a los judíos con amor y a orar por la restauración de la paz entre ambas naciones.
Irán, conocido por su régimen islámico estricto y su apoyo a grupos extremistas, es ahora escenario de un renacimiento cristiano.
Se estima que alrededor de dos millones de iraníes han descubierto a Jesús como Salvador.
Mientras muchas mezquitas cierran, los cristianos llenan el vacío espiritual, aunque deben permanecer en la clandestinidad para evitar la persecución.
Este hecho conecta eventos actuales con antiguas profecías bíblicas, sugiriendo que este cambio espiritual es parte de un panorama mayor.
El salmista, en el Salmo 83, ya hablaba de alianzas contra Israel, pero también de la esperanza de que los pueblos reconozcan al Dios verdadero.
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