Cuando debido a la recesión y crisis económica que se vivió en los años 2008 y 2009 provocó que se tuviera que dejar
de imprimir El Orador, fue un momento muy difícil para mí y para mí esposa, porque Dios nos permitió servirle por 20 años consecutivos publicando la primera publicación hispana dirigida a la comunidad evangélica de los Estados Unidos, donde muchas personas fueron bendecidas a través de los artículos, entrevistas e información general que se publicaban en El Orador, conservando siempre una línea editorial Cristo céntrica e Interdenominacional.
Pero algo interesante ocurrió en ese momento, que nunca nos despedimos ni dijimos que el ciclo de El Orador había terminado, y aunque pasaron muchos años en nuestros corazones nunca se apagó el fuego ni el deseo de seguir
sirviendo al Señor.
En este mes de noviembre del 2020, y ante una situación a nivel mundial más complicada que la del 2008 y 2009, donde el coronavirus daño la economía en casi todos los países, provocando el cierre de grandes empresas, y negocios, dejando mucha gente sin sus trabajos y poniendo esta nación al borde de otra gran recesión. A pesar de este panorama, este mes de noviembre se estará produciendo el relanzamiento de El Orador impreso y digital por medio de las siguientes plataformas: Facebook, Twiter, Instagram y YouTube.
No dudamos que esto se lleva a cabo porque es la voluntad de Dios, en un tiempo donde la gente está necesitando un mensaje de fe, esperanza y amor, que esperamos brindarle en cada página de El Orador.
También queremos agradecer a dos nuevos columnistas que se incorporan a El Orador, Amarilis Rivera y Marcelo Laffitte dos periodistas y comunicadores muy respetados en la comunidad evangélica, y a otros dos profesionales que ya fueron en el pasado parte de esta publicación Manuel Ramos y Jeffry De León.
Solo le pedimos a nuestros lectores y muchos más que se incorporarán en diferentes partes del mundo, que nos mantengan en oración para que Dios nos guíe con sabiduría para dirigir y administrar este ministerio que Él puso en
nuestras manos, lo cual aremos con integridad y transparencia.
En el amor del Señor,
Carlos y Patricia Alvarado