


Más de 245.000 personas aceptaron a Jesucristo como su Salvador tras ver la película cristiana “Ilumina tu mundo”, una producción inspiradora creada por la Asociación Luis Palau.
El propósito de la película fue motivar a los creyentes a compartir la Buena Nueva del Evangelio con sus amigos, familiares y comunidades. Desde su estreno, el mensaje de esperanza se expandió con fuerza a nivel mundial.
El filme muestra cómo la luz de Cristo puede transformar vidas en medio de un mundo marcado por la incertidumbre. Su narrativa combina testimonios reales, historias de fe y llamados a la reflexión profunda.
Con una visión evangelística moderna, la Asociación Luis Palau llevó el mensaje de Jesús más allá de las fronteras, usando los medios digitales como una poderosa herramienta de conexión espiritual.
El evangelista Andrew Palau expresó con emoción: “En estos tiempos oscuros, necesitamos más que resoluciones vacías y deseos. Necesitamos una esperanza verdadera.”
Agregó que esa esperanza fue precisamente lo que “Ilumina tu mundo” logró ofrecer a millones de espectadores. “Nos sentimos muy bendecidos al ver cómo Dios utilizó la película para transformar vidas”, afirmó Palau.
El equipo de producción oró intensamente por cada persona que vio la película, confiando en que el mensaje sembraría una semilla duradera en el corazón de quienes buscan sentido y propósito.
El impacto del filme superó las expectativas: no solo tocó a los creyentes, sino también a miles de personas alejadas de la fe que encontraron en Cristo una nueva dirección.
Después del estreno, la Asociación Luis Palau impulsó una campaña digital estratégica. Usaron anuncios geolocalizados durante todo el mes de enero para compartir testimonios reales de transformación.
Esa iniciativa alcanzó a más de 43 millones de personas en 237 países, demostrando el poder de la tecnología al servicio del Evangelio.
La película no solo se convirtió en una herramienta de evangelización masiva, sino también en un símbolo de unidad entre creyentes de distintas naciones y culturas.
Cada testimonio compartido encendió una chispa de fe que sigue extendiéndose como una ola luminosa por todo el mundo.
REDACCIÓN REVISTA EL ORADOR
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