La ola de inmigrantes latinos que llegan a España está causando una gran transformación en el país. El número de evangélicos está creciendo, mientras que el número de católicos disminuye.
En 1996, cuando Kent Albright, un misionero bautista de los Estados Unidos, llegó a España, la realidad era bien distinta. El pastor enfrentó la hostilidad hacia la fe evangélica e incluso la persecución de la mayoría católica. Kent recibió insultos, amenazas y multas por parte de la policía por distribuir folletos de evangelización en las calles de Salamanca.
“La animosidad social fue grande. Ellos nunca habían visto a un protestante en su vida», dijo el misionero a Religion News Service, recordando a una mujer que susurró: «Agradece que no te tire piedras».
Kent no imaginó que 25 años después de su conflictiva llegada sería testigo de una expansión de la fe protestante en el país católico. Hoy, pastorea una iglesia con 120 miembros, así como más de 20 congregaciones evangélicas en la ciudad.
La mayoría de los creyentes evangélicos son inmigrantes de América Latina. Alrededor del 80% de la congregación del pastor Kent son latinos. El expresivo número refleja la ola de inmigrantes en España en los últimos años, hoy en día hay unos 7,2 millones de inmigrantes en el país español.
El misionero relata, asombrado, que en el curso que imparte a 6 diáconos, hay un alumno de Venezuela, Perú, Colombia y Ecuador.
Inmigrantes acogidos por la Iglesia Evangélica
Al llegar a España, los inmigrantes latinos se identifican más con la Iglesia Evangélica, donde son acogidos en el cuerpo de Cristo. Como la pareja venezolana, Luis Perozo, de 31 años, y Narbic Escalante, de 35, miembros de la congregación del pastor Kent.
El pastor Kent dice que otros inmigrantes latinos tienen reacciones similares a la pareja. Cuando fueron a iglesias de otras denominaciones, “no sienten que se entienden sus problemas”, explicó. “Los latinos a menudo quieren participar en la adoración. Necesitan tomar parte activa en la celebración. La Iglesia católica les parece estática”.
Nedyt Lascano, una argentina que llegó a España en el 2000 y que además es pastora de una iglesia en Salamanca, reporta la misma percepción de los latinos. “Los inmigrantes se sienten solos y aislados, en un país extraño, y aquí [en la iglesia] reciben cariño y abrazos. Vienen aquí y comparten, se quitan kilos y ansiedad de sus cuerpos y mentes”, dijo.
Según el Observatorio del Pluralismo Religioso del Ministerio de Justicia, en 1998 había en España unos 96.000 evangélicos. El último censo oficial, realizado en 2018, reveló que los españoles que son protestantes superan los más de 900.000 fieles.
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