Zulya Schmidt, esposa de Hans Schmidt, un predicador callejero que fue disparado en la cabeza mientras evangelizaba en Estados Unidos, publicó una imagen familiar en la que se ve a su esposo despierto sosteniendo a sus hijos. A través de su cuenta de Facebook, Zulya ha estado informando sobre el estado de salud de Hans y agradeciendo las oraciones que ha recibido desde el 15 de noviembre, día en que ocurrió el incidente en Glendale.
“Eres un milagro viviente. Todos los días me asombro. Te queda un largo camino por recorrer, pero Dios nos guiará “Por favor, continúen orando”.
En una entrevista, Zulya mencionó que las oraciones de muchas personas que no conoce fueron el motivo por el cual experimentó paz y mantuvo su fe mientras su esposo se recuperaba. El evangelista de 26 años solía predicar en las calles antes de los servicios vespertinos en la iglesia Victory Chapel First Phoenix Church. Zulya, su esposa, estaba en el vehículo con sus hijos cuando Hans fue disparado, pensó que alguien le había arrojado una botella.
Lo llevaron al hospital, pero Hans comenzó a convulsionar y no respondía. La tomografía computarizada reveló que había recibido un disparo en la cabeza.
“Cada día pudimos presenciar un milagro. Ahora llevamos aquí poco más de un mes y el progreso que ha logrado es simplemente increíble”, dijo su esposa.
En la actualidad, Hans tiene cierto entendimiento de lo que le ocurrió. No obstante, no se tiene una certeza precisa sobre cuánto recuerda, ya que, según Zulya, no puede comunicarse en estos momentos.
Recientemente, fue liberado de la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) y trasladado a una institución de atención a largo plazo.
“Dios está trabajando detrás de escena y usando todo esto para su gloria. Ha estado con nosotros en cada paso del camino y Hans está progresando”, testificó Zulya.
Se desconoce la identidad del atacante y los motivos del ataque, siendo actualmente objeto de investigación por parte de las autoridades. Además, se ha ofrecido una recompensa de 10.000 dólares por cualquier información relevante sobre el responsable del crimen.
Paul Sánchez, quien presenció el incidente y trabaja en las proximidades de donde ocurrió, mencionó que las personas que pasaban cerca de Hans le gritaban y lanzaban insultos.
“Había de todo, realmente: comentarios de odio, gente que le gritaba: ‘Déjate de la calle’. Todo tipo de cosas desagradables.” PERO DIOS SIEMPRE ESTÁ EN CONTROL.
REDACCIÓN REVISTA EL ORADOR