El legendario boxeador filipino Manny Pacquiao, recientemente ingresado al Salón de la Fama Internacional del Boxeo, sorprendió al mundo al declarar que su mayor logro no fue conquistar títulos mundiales. Conmovió al afirmar que el momento más significativo de su vida ocurrió cuando conoció a Jesucristo y experimentó una transformación espiritual profunda.
En una entrevista difundida en el podcast The George Janko Show, Pacquiao abrió su corazón y relató que nada se compara con la experiencia de descubrir a Dios en su vida. “La mejor parte de mi vida no fue convertirme en campeón, sino el momento en que conocí a Jesucristo, conocí a Dios en mi vida”, aseguró.
El púgil, considerado una leyenda del deporte, habló desde la emoción tras ser reconocido en el prestigioso Salón de la Fama. “Nunca imaginé este momento, pero por la gracia de Dios, aquí estamos”, expresó.
Pacquiao inició su carrera profesional en 1995 y se convirtió en el único boxeador en la historia en ganar 12 títulos mundiales en ocho categorías de peso. Además, obtuvo campeonatos en cuatro décadas distintas, algo sin precedentes en la historia del boxeo. También se consagró como el campeón mundial más veterano al lograr un título con 40 años.
Sin embargo, en su testimonio remarcó que los logros deportivos y materiales resultan pasajeros. “Somos solo administradores de lo material. Estamos de paso en este mundo y todo lo que Dios nos confía es para ayudar a los demás y glorificarlo”, reflexionó.
Pacquiao explicó que su transformación espiritual nació después de abandonar una vida marcada por vicios y excesos. Relató que un sueño en el que escuchó claramente la voz de Dios lo llevó a dar un giro radical a su vida.
El exboxeador utilizó su intervención en el programa para transmitir un mensaje directo a las nuevas generaciones, en un mundo atravesado por guerras y tensiones crecientes. “Entréguense a Dios. El verdadero Dios no quiere guerras ni que nos hagamos daño. Dios es amor y quiere que nos amemos y tengamos compasión unos por otros”, aseguró.
Pacquiao también dirigió sus palabras a los jóvenes luchadores que buscan superarse en el deporte y en la vida. “Nunca dejes que tu situación limite tu destino. Con Dios, nada es imposible”, enfatizó, inspirando a quienes lo escuchaban.
Su mensaje resonó como un llamado a vivir con fe, esperanza y compromiso con la paz, destacando que la verdadera grandeza se encuentra en servir y amar.
Por Lizzie Sotola
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