La Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice) aclaró públicamente que la Iglesia de La Luz del Mundo no forma parte de la comunidad cristiana evangélica.
El pronunciamiento surge tras las acusaciones sexuales contra su líder, Naasón Joaquín García, detenido en California, Estados Unidos.
Arturo Farela, presidente de Confraternice, explicó que los feligreses de La Luz del Mundo rinden culto a su líder espiritual, lo que contradice los principios del cristianismo evangélico.
“Nosotros, los 35 millones de creyentes que integramos diversas denominaciones evangélicas, adoramos únicamente a Dios: al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo”, afirmó Farela.
El dirigente pidió además que las autoridades apliquen la justicia “sin distingos” en el caso de Joaquín García, acusado de pornografía infantil y abuso sexual, subrayando la importancia de no confundir los credos religiosos.
Farela sostuvo que Confraternice cree en la presunción de inocencia, pero recordó los antecedentes del padre de Naasón Joaquín, Samuel Joaquín Flores, también señalado por delitos sexuales hace una década.
El líder evangélico insistió en que las iglesias cristianas evangélicas se rigen por la adoración exclusiva a Jesucristo, sin reconocer intermediarios humanos.
El mensaje de Confraternice busca proteger la identidad teológica del movimiento evangélico, marcando distancia frente a las prácticas y enseñanzas de La Luz del Mundo.
“Debemos mantener la fe en la verdad bíblica y la integridad del evangelio”, subrayó Farela, destacando que los principios evangélicos se basan en la obediencia directa a Dios.
La organización reafirmó su compromiso con la justicia y el respeto a las leyes, confiando en que el proceso judicial en curso actúe conforme a los valores éticos y morales.
La Iglesia Nacional Presbiteriana de México (INPM) también pidió evitar confusiones entre la comunidad evangélica y el grupo La Luz del Mundo.
Mediante un comunicado oficial, la INPM declaró: “No reconocemos ninguna relación con La Luz del Mundo ni con su liderazgo”.
La institución recordó que su fe proviene de la Reforma Protestante del siglo XVI, movimiento que exaltó la Biblia como única regla de fe y práctica.
Reafirmó su creencia en Jesucristo como único Señor y cabeza de la Iglesia, nacido del linaje de David y Abraham, por obra del Espíritu Santo.
“Nuestro credo es trinitario”, expresó la INPM. “Creemos en un solo Dios, manifestado en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, a quien rendimos toda adoración”.
Con este pronunciamiento, las iglesias evangélicas mexicanas buscan preservar la claridad doctrinal y su distancia de cualquier culto personalista.
REDACCIÓN REVISTA EL ORADOR
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