“¿Cómo puedes decir: “Amigo, déjame ayudarte a sacar la astilla de tu ojo”, cuando tú no puedes ver más allá del tronco que está en tu propio ojo?” Lucas 6:42
Creo que hay tres raíces venenosas que sostienen y alimentan a un espíritu crítico en una persona: Ingratitud, Egoísmo e Inseguridad. En lugar de estar agradecido por cada regalo, acción o palabra amable, el espíritu crítico siempre encuentra algún problema con otras personas.
El espíritu crítico cree que sus necesidades deben satisfacerse primero, sus deseos deben ser atendidos derribando a otros. Afortunadamente, existe una cura para el espíritu crítico y he aquí algunos pasos para romper ese hábito.
Recuerda que lo que siembras también cosechas: Algo que te puede ayudar a romper el hábito de hablar críticamente acerca de otras personas es recordar lo que Jesús dijo en Mateo 7:1-2 “No juzguen a los demás, y no serán juzgados. Pues serán tratados de la misma forma en que tratan a los demás”. Es decir que lo que repartes también estarás recibiendo.
Reconoce que es un pecado: Ver nuestra negatividad a través de los ojos de Dios nos impulsa a aplicar el principio de 1 Juan 1:9 que dice “Si confesamos nuestro pecado, él es fiel y justo para perdonar nuestro pecado y limpiarnos de toda maldad”. Una vez que hemos confesado nuestro espíritu crítico, podemos pedirle a Dios que nos ayude a obtener la victoria sobre ello en el futuro.
Cada uno de nosotros es responsable ante Dios: No eres responsable ante mí de cada área de tu vida. Pero un día todos estaremos ante Dios y dice en Romanos 14:12 “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí”. No se basará en herejías, rumores, sino en hechos y juzgará imparcialmente.
Ten un espíritu de gracia: Las personas que poseen un espíritu de gracia tienen un profundo conocimiento de la misericordia y la bondad de Dios. Dice en Santiago 2:13 “Si ustedes han sido compasivos, Dios será misericordioso con ustedes cuando los juzgue”. Ninguno de nosotros recibe lo que merecemos. Todo es por la gracia de Dios.
CONCEPTO IMPORTANTE
Lo opuesto a un espíritu crítico es un espíritu de gracia. Señalar las fallas, los errores y los defectos de los demás nos hace sentir engreídos, inteligentes y superiores. Por ello debo de reemplazar ese espíritu crítico por uno de gracia y amor.
El ser crítico con otros es un pecado y debo confesarlo lo antes posible. De lo contrario corro el peligro de ser juzgado también. Reconocer que todos somos obras en proceso nos da espacio para extender la gracia a nosotros mismos y a los demás cuando alguien no cumple con algún requerimiento.
Sabes, hay un principio más grande que la crítica. Es el principio del perdón y de la misericordia. La Biblia dice que debemos ser misericordiosos porque Dios nos ha dado mucha misericordia.
MOTIVO DE ORACIÓN
Señor Jesús hoy vengo delante de ti para pedirte perdón por haber criticado y juzgado a tantas personas. Hoy te ruego que limpies mi corazón y mente. Ten misericordia de mí y lléname de tu Espíritu de gracia, compresión y amor.